31.10.06

La noche del arrepentimiento


Los placeres y dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos,
no son sino corredores,
y la muerte, la celada
en que caemos.
No mirando nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.

Como cada año, llegamos al primero de noviembre. La tradición occidental conmemora, con emocionado recuerdo floreado, a sus muertos. En esa misteriosa intercesión de todos los santos ante Dios, quiso el calendario litúrgico hacerla coincidir con el día posterior. Pues, como todos sabéis, el día de difuntos es mañana.

En esta jornada festiva pienso en nuestra sociedad, la plasmación más palpable del hedonismo que nos ha tocado sufrir, que oculta el dolor y los sufrimientos, cuyo culmen, en definitiva, es la muerte. El fin del tiempo terrenal. In ictu oculi, sic transit gloria mundi. Pero hoy no interesa pensar en ello. No interesa prepararse para la muerte, esa visita que todos, tarde o temprano, recibiremos.

Ahora preferimos vivir atados a nuestro placer, a gozar del presente. Exprimirlo en vacuas y pasajeras actividades que no reportan ninguna ganancia espiritual. Porque ha muerto el espíritu. Lo hemos matado entre todos, dejándonos arrollar por la ola consumista. Y a buen precio lo estamos pagando, qué duda cabe, mientras nos hacemos paulatinamente más desgraciados e infelices.

En la noche del Tenorio, del arrepentimiento, la oscuridad y la pena.

Con afecto,

30.10.06

Los Serrano

Buenas tardes, amigos. Hace poco que he llegado de clase y me duele algo la cabeza. No tengo ánimo para escribir un nuevo post. Pero pongo una foto de la familia Serrano para cerrar así el ciclo dedicado a esta serie.

La crisis de la televisión (3ª y última parte)

Tercera y última entrega de mi anticuado comentario sobre Los Serrano. Que os sea leve.

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Más absurdo y contradictorio resulta ver todavía como estos mismos que desprecian el sentir cristiano, acuden a la parroquia para recibir los sacramentos de la Eucaristía y la Confirmación, sin ningún tipo de preparación previa. Ofender a los cristianos es relativamente tolerable, pero escupir literalmente el Cuerpo de Cristo tras recibir la Comunión, como hizo uno de los personajes, no lo es.

Reírse descaradamente de la sensibilidad católica de millones de españoles, debería exigir una rectificación por parte de los responsables de la cadena. Pero no creo que ello se produzca, y si así fuera, no se trataría de un sincero arrepentimiento. Personas que con total gratuidad insultan las creencias de tantas otras, difícilmente serán capaces de pedir humildemente perdón.

Pero no sólo en ataques a la Iglesia se basó el capítulo de Los Serrano. Otras ristras de inmoralidades fueron tratadas, como cuando un alocado y casquivano adolescente, se cree dueño de un singular poder de seducción. Como un Tenorio en plenitud, conquista y abandona a las chicas que se le antojan. Cuando, por fin, parece enamorarse auténticamente de una inocente sordomuda, vuelve a rehacer con premura su necedad sin límites.

La tercera historieta, aunque secundaria, no deja de tener gravedad. El mediano de los hijos del matrimonio es un niño que roza la pubertad. Dispuesto a no cesar su naturaleza irreverente y gamberra, chantajea a su hermano menor para que se finja poseído por Lucifer, sin que la autoridad de sus padres se imponga para castigar sus extraordinarios desmanes.

No sabría decir si la televisión es reflejo de la sociedad o viceversa. Lo que me parece profundamente detestable es que los principios de respeto a los demás, obediencia a la autoridad, el 'saber estar', no aparezcan reflejados en productos tan consumidos por la juventud.

A pesar de que los medios de comunicación son, hoy en día, más poderosos educadores que la familia y la escuela, los que hemos visto con desazón este episodio, deberemos ser atentos vigías para combatir con firmeza el modelo social frívolo y superficial que se nos presenta. Y en eso estamos.

29.10.06

La crisis de la televisión (2ª parte)

(...) Sin miedo a ser tachado de retrógrado recalcitrante, ultraconservador antidemocrático, belicista reaccionario, rara avis, faccioso execrable, o cualquiera otra de las muchas lindezas con que ciertos sectores de la Izquierda nos agasajan a los que no somos de su tendencia ideológica, voy a analizar ahora, de forma somera, el último capítulo de una de las series de televisión que más afición ha despertado en los últimos tiempos entre la población juvenil: “Los Serrano”.

Para quien no conozca la estructura argumental de esta producción, puede resumirse así: un tabernero de barrio (Diego Serrano) padre de tres hijos varones, está casado en segundas nupcias con una profesora divorciada y madre de dos hijas. Las tensiones familiares entre el matrimonio, los hermanos y hermanastros, aderezadas con las de secundarios, serán el fundamento de este serial emitido por Telecinco.

De todos los episodios, el pasado fue quizás el más ofensivo de todos los conocidos. La trama se apoyaba en el supuesto milagro que uno de los personajes (Santiago) siente al ver como la imagen procesional de un Crucificado se interpone, accidentalmente, entre él y 500 kilos de ladrillos que se derrumban en ese instante.

Minuto a minuto se va desprendiendo del guión toda la mala baba posible y el anticlericalismo más visceral, propio de otros tiempos, en los que el hecho religioso era considerado incompatible con la modernidad.

Santiago, que además de compartir con su hermano Diego la propiedad del bar, es un solterón zafio, maleducado y sumamente inculto, que se convierte temporalmente tras el “milagro” en un devotísimo católico.

Las constantes burlas de este tipo lanzadas indirectamente contra los creyentes crean, a los que se encuentran viendo el televisor, una enorme y profunda indignación. No tanto por el modo de mofarse de la Iglesia, sino por la visión simplista que de ella se presenta: la profesora de religión, beata, ñoña y solterona, que enseña a sus alumnos un catecismo pultáceo; un cura ataviado con sotana, cuando estas prendas ya escasean en el vestuario clerical,…

Harto de los errores

Este mensaje no se publicará. Si lo hace, será un maleficio de los duendes que pululan por internet. Y ojalá que lo haga. Publicarse, digo. Porque llevo ya un par de días atascado en esta increíble situación de la que no sé ni puedo salir. ¡Oh, dioses del Olimpo, ninfas, centauros y sátiros del bosque! ¡Acudid en mi auxilio, defendedme de los malvados espíritus que provocan tal contrariedad!

26.10.06

Nuevas incorporaciones. La duda del periodismo independiente


Comento con un amigo la incorporación de dos famosos periodistas de derechas al Partido Popular: la historiadora Cayetana Álvarez de Toledo y el sociólogo Amando de Miguel. Es obvio que el salto a la actividad política debería verse como un mérito, por tratarse de un sacrificio hecho por el bien del país. No obstante, la independencia de ciertos medios de comunicación queda en entredicho.

24.10.06

Foto ilustrativa


Ésta es la foto de Tierno Galván con Susana Estrada con la que pretendía ilustrar mi anterior mensaje y que, por misteriosos motivos que no llego a comprender, no se colgó. Tendría demasiada chicha. La chica no: el mensaje. Mal pensados.

La crisis de la televisión (1ª Parte)

Hace más de dos de años publiqué este pequeño articulito en una página web cuyos contenidos, por motivos que no viene al caso recordar aquí, han dejado de actualizarse. Es una breve reflexión sobre el contenido de la famosa serie de televisión 'Los Serrano', que todavía sigue emitiéndose a día de hoy en Telecinco. Como se trata de un texto largo, y no tengo demasiado tiempo en estos días, voy a partirlo en tres. Comprended que lo redacté apresuradamente. Os pido, por ello, cierta indulgencia. Si os parece mal y no os gusta, lo siento; así la lectura se os hace más ligera. Y si os parece bien, mejor que mejor.

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Desde que la televisión se convirtió, a mediados del siglo XX, en un importante factor de homogeneización de las masas populares, variadísimos han sido los formatos en que ésta se ha presentado. Especialmente en España, donde la dictadura franquista obligaba a los productores a agudizar el ingenio por medio de la censura; el humor inteligente, la fina ironía, lo implícitamente sugerido y ¿por qué no decirlo? la candidez e ingenuidad, eran la base de una verdadera televisión 'para todos los públicos'.

Muerto el dictador y disuelto por completo su aparato represivo, los medios de comunicación acuñaron, en la segunda mitad de los años 70, un término que les autodefinía como creadores del Destape.

El cine, la prensa y la televisión se convirtieron así en el escaparate de unos tiempos nuevos que dejaban atrás la mojigatería del nacional–catolicismo, difícilmente capaz de sobrevivir en años de desarrollismo económico y cambios sociales. Todo era posible en aquellos momentos, donde no había barreras de clase. Recordemos en este sentido la famosa fotografía del alcalde de Madrid, don Enrique Tierno Galván, con una alegre señorita que le mostraba en público y sin pudor un seno desnudo.

Pasados los años y garantizada, al menos en apariencia, la normalidad democrática en España, las formas y el fondo de la televisión se fueron suavizando. Ya no era necesario zarandear a la “anestesiada” sociedad española para desprenderla de sus complejos del pasado.

Las cadenas privadas, que abrieron sus emisiones en pleno apogeo socialista, podían ser síntoma de la variedad ideológica y madurez intelectual que se avecinaba.

¡Qué gran e inocente equivocación! Contemplar hoy las distintas opciones que la televisión nos ofrece es una invitación al revolvimiento de estómago y al vómito.

Veamos algunos ejemplos: Gran Hermano (en sus infinitas variantes, VIP, La isla de los famosos, El bus,…) es un insulto a la inteligencia humana. La ética de sus concursantes, tan difusa como inexplicable, se resume en dos palabras: fama y cama.

Que una docena de individuos entren voluntariamente a una casa para rascarse mutuamente los piojos y pelearse por una hembra en celo, no es más que un motivo para la risa fácil o lágrima compasiva. Pero que, en algunos momentos, estos personajillos descerebrados exalten su celebridad con una contundente frase lapidaria como “¡Toda España está pendiente de nosotros!” es, sencillamente, deprimente.

22.10.06

Prudencio o la sucesión de Roma


El poeta hispano Aurelio Prudencio nos presenta de este modo, en su obra Contra Symachum (357. d. C.), la continuidad de Roma en el Cristianismo. Me pareció un texto bonito y, por ello, aquí os lo dejo para que podáis disfrutarlo. Un abrazo.

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"Dios enseñó a los pueblos venidos de todas partes a inclinar su cabeza ante las mismas leyes y a hacerse romanos todos; aquellos a los que baña el Rin, o el Istro (Danubio), o el Tajo aurífero, o el caudaloso Ebro; [...] o los que son alimentados por el Ganges, o se lavan en las siete bocas del Nilo templado. El mismo derecho los ha hecho iguales y los ha reunido con el mismo nombre; una vez dominados, los ha ligado con vínculos fraternos. Se vive en todas partes como si de conciudadanos de nacimiento se tratase, abrigados por las murallas de la misma ciudad natal... Porque las sangres se mezclan y una sola raza surge de los diversos pueblos. Todo esto se ha hecho gracias a los grandes éxitos y triunfos del Imperio romano.

Créeme: así quedó dispuesto para la venida de Cristo el camino que construyó, bajo la dirección de Roma, nuestra paz, nuestra concordia pública [...]

Lo contrario de la romanidad se llama, indiferentemente, barbarie, paganismo, estupidez bestial, mientras que la romanidad es, esencialmente, cristianismo y humanización llevada a la perfección en la sabiduría de la fe".

La sonrisa del vagón


Tren de dos plantas. En la superior, un padre juega con su hija. Ambos son rubios. Palmotean con alegría mientras ella ríe a carcajadas. La niña no tiene más de cuatro años de edad y lleva el pelo recogido en dos simpáticas coletas. El acento de ambos, a pesar del color de sus cabellos y los ojos azulados, es sudamericano.

La espontánea alegría de la pareja contrasta con el silencio tedioso del resto de los pasajeros. Caras largas, serias, cansadas, que miran a su alrededor como quien contempla el fondo de un vaso de agua. Miradas que, en algunos casos, vienen cargadas de rencor, sufrimiento y somnolencia. Por eso, creo que la inocencia de esa niña dibuja en la monotonía del vagón un rayo de esperanza. Un rayo de ilusión.

Fuera, paisajes de acero en el camino, casas blancas y tejados de cielo gris y seco. Los hierros oxidados sustituyen a la vieja, noble, verdura del lugar. Interrupciones de electricidad, masas de cemento y océanos de ruido.

Sequedad en el ambiente y en las almas. Y alegría en el vagón. Hoy, el tren de cercanías sonríe, tímidamente, entre su ronquido constante, pegado a los raíles, con la niña de las coletas azules.

Atocha-Alcalá, 17 de julio de 2006

Mensaje de bienvenida, bis

Mis escasos saberes me obligan a copiar los primeros mensajes que publiqué en otro blog, de cuyo nombre no puedo acordarme. Incapaz como era de recordar ni siquiera la clave, doy a luz este nuevo espacio, en el que, insisto, sois muy bienvenidos. Gracias.

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Saturday, July 08, 2006

Un mensaje de bienvenida

Mi primer mensaje en este blog será muy rudimentario. Porque soy informáticamente rudimentario, y desconozco por completo el lenguaje HTML y sus variantes que hacen posible la configuración de un espacio personal. Sin embargo, es mi deseo ir aprendiendo y aumentando su calidad, con los contenidos más adecuados y el continente lo más bello posible.Si me permiten el tuteo, lo emplearé a partir de ahora.

Estas líneas que ahora leéis son producto providencial de unas jornadas inolvidables en la Facultad de Comunicación y en la Residencia de Nuestra Señora de Guadalupe, de la Universidad Pontificia de Salamanca, celebradas con motivo de unos cursos de verano organizados por dicha institución.

En ellas tuve la oportunidad de acudir como representante de la Oficina de Prensa del Obispado de Alcalá de Henares, y conocer a seminaristas, religiosas y laicos de gran valía intelectual, pero sobre todo humana. A ellos agradezco su sincera amistad que me brindaron en esos días y que jamás podré -ni querré- olvidar.

Lo que surgió como un interés de divertimento, hoy se hace realidad tangible. Sabéis que hoy es sábado 8 de julio de 2006. Su Santidad el Papa Benedicto XVI lleva unas horas en nuestro país, concretamente en Valencia, para clausurar las V Jornadas Mundiales de la Familia, que ya convocara nuestro venerado Juan Pablo II. En fecha tan señalada he querido cristalizar mi boceto de blog y haceros partícipes de mi alegría. La España de nuestros días yo quisiera que se viera representada en esa jovial Valencia, luminosa y llena de espíritu cristiano.

Quedad, pues, con Dios y bienvenidos a mi humilde espacio del ciberídem.