1824. Europa se dispone a recibir el agitado empuje de las revoluciones liberales, que transformarán definitivamente el modo de organizar la política y la sociedad. Ajeno a todo ello, Ludwig van Beethoven prepara en Viena el estreno de su Novena Sinfonía: el trabajo final de un genio. Cansado pero no agotado.
No obstante, el maestro se ve obligado a pedir ayuda a un copista que le permita terminar con holgura su obra. La elegida será una hermosa mujer de 23 años, alojada temporalmente en un convento vienés y con un presuntuoso novio arquitecto, obsesionado por la técnica y lo calculado, antítesis del romántico.
Anna es una estudiante de música, plenamente capacitada para colaborar con Beethoven, impresionada por el fuerte y cambiante carácter del famoso compositor. Así, la trama se desarrolla paulatinamente hacia una compleja relación entre Beethoven y la inteligente muchacha. Él la considera un ángel, enviado por Dios para servirle de instrumento con el que superar la insalvable barrera que padece desde hace años y que, para un compositor, se hace más dramática: la sordera. Y ella depende cada vez más de él, de su inigualable genialidad y extraordinaria sensibilidad artística.
Como no podía ser de otro modo, la banda sonora del filme es excepcional. La fotografía, muy buena; los exteriores, escasos. En definitiva, una película entretenida que anima al espectador a conocer más y mejor la época, ese agitado primer tercio del romántico siglo XIX. Llevado de la mano de uno de sus más preclaros hijos.
1.11.06
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario