Unos con más fervor que otros se entregan a este sorteo (¡nacional, quién lo diría! habrá que cambiarlo por estatal, o federal, para no dañar a las diversas sensibilidades regionales) que naciera en 1811, en plena Guerra de la Independencia, para aumentar los ingresos del erario público.
Parece que es lo único que va aguantando de aquellas Cortes de Cádiz y de esta unidad moderna de España. La Lotería Nacional. Que toca a catalanes, vascos, gallegos y madrileños por igual. Ay, si le tocara a Puigcercós. Seguro que no le hacía ascos al dinero recogido por todos los rincones del Estado español. O quizás no. Seguramente lo donara a las Hermanitas de la Esquerra Republicana que, a buen seguro, laicas ellas y muy separatistas, estén deseando ser creadas para darle a la Navidad un aire progresista y talibán.
Parece que es lo único que va aguantando de aquellas Cortes de Cádiz y de esta unidad moderna de España. La Lotería Nacional. Que toca a catalanes, vascos, gallegos y madrileños por igual. Ay, si le tocara a Puigcercós. Seguro que no le hacía ascos al dinero recogido por todos los rincones del Estado español. O quizás no. Seguramente lo donara a las Hermanitas de la Esquerra Republicana que, a buen seguro, laicas ellas y muy separatistas, estén deseando ser creadas para darle a la Navidad un aire progresista y talibán.
Por cierto, no me ha tocado la Lotería. De todas formas no lo he mirado. Como lo haya hecho os vais a enterar... O no, como diría don Mariano.
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