La Constitución española cumple hoy 28 años. Una edad madura para una jovencita que nació con intenciones conciliadoras y, por lo que se ve, ya empieza a mostrar un puñado de arrugas. A mí nunca me gustó esa ambigüedad suya, entre Carta Magna de aires centralistas para unos aspectos, federalista para otros; en definitiva: el invento autonómico. Y más ahora que vemos como de los cuatro vientos hay quienes intentan modificarla; socialistas, los más notables; nacionalistas, los que más, pero menos importantes: si lo son es gracias al apoyo de los primeros; y hasta el Partido Popular en ese patético viaje al regionalismo moderado del que Josep Piqué me parece un magnífico ejemplo.
Aquí nadie puede dejar en paz la Constitución. Y yo reflexiono: si cada 20-30 años tenemos que cambiar la estructura del Estado y cuestionarnos la esencia de nuestra propia Nación, apaga y vámonos. Y me quedo en la superficie.
España es anterior a su Constitución de 1978. Algunos mequetrefes parecen haberlo olvidado. Una nació varios siglos antes. Aunque puede que ambas mueran al mismo tiempo.
Aquí nadie puede dejar en paz la Constitución. Y yo reflexiono: si cada 20-30 años tenemos que cambiar la estructura del Estado y cuestionarnos la esencia de nuestra propia Nación, apaga y vámonos. Y me quedo en la superficie.
España es anterior a su Constitución de 1978. Algunos mequetrefes parecen haberlo olvidado. Una nació varios siglos antes. Aunque puede que ambas mueran al mismo tiempo.
¿Lo veremos?
3 comentarios:
Aunque parece que el PP, a tenor de las últimas propuestas de Rajoy, empieza a girar hacia un sano centralismo.
Pero esperemos que ese centrismo no sea tibieza a la hora de defender la unidad de España.
¡Gracias por participar en mi blog!
Pues por el camino que vamos ni esta Constitucion podra defendernos del desmenbramiento de España
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