9.2.07

La Corona deshabitada


Por todos es conocido que vivimos en una república coronada. En el texto constitucional, aparece como Monarquía parlamentaria, pero es un puro término, ya que el "gobierno" no lo ejerce el soberano, sino las Cortes Generales. De tal modo, la figura regia se reduce a un mero símbolo de representación exterior. Nada más. Hasta hace poco hubiera dicho que su función moderadora entre las distintas fuerzas políticas era intachable. Ya no puedo decirlo. España se cuartea entre la desmembración de todas sus regiones, autodenomominadas en muchos casos "nacionalidades históricas", concepto recogido en la Carta Magna de 1978.

Anteayer recibimos la noticia del fallecimiento de Erika Ortiz Rocasolano, hermana de la Princesa de Asturias. Ciertamente, no hubiera dejado de ser un nombre más en el obituario de todos los días, de no tratarse de un personaje vinculado a la Casa Real de España. El tratamiento que los medios de comunicación dieron al acontecimiento se parecía más al de una corte de halagadores que al de un país moderno y verdaderamente democrático. Por un lado, contemplamos como el Estado se destroza, la bandera se humilla y el himno se desprecia por la media España no conservadora. La España liberal de Sagasta, no. La España atea y progresista.

Y en esta España atea, relativista, materialista y viciosa, los medios y algunos sectores de la sociedad -cada vez menos- veneran a la Familia de Juan Carlos I de Borbón. Incomprensible. Totalmente irracional. España, da igual. Los Reyes, ¡qué campechanos! Pues miren: primero España, luego la Corona. Corona que es de España, no de Juan Carlos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo republicano, te doy la razón en una cosa. Primero, España. Luego, la Corona. Y finalmente el Rey. Pero no hablamos de un Rey cualquiera, sino de Juan Carlos I, digno sucesor de su padre, el Rey sin corona, Don Juan. A ambos, en gran medida, hemos de agradecerles mucho los españoles. Hoy vivimos en un régimen que tras una brutal guerra fraticida y una cruenta dictadura militar nos trajo la democracia, la libertad y la reconciliación. Otra cosa es que ciertos políticos innobles nos quieran retrotaer al odio cainita. No es el caso de un monarca ejemplar que renunció al poder autoritario que heredó para dárselo a quién realmente le pertenecía: la Nación Española. El Rey, ajeno a la lucha partidista, defiende la unidad de España con total claridad. No es culpa suya que el presidente del ejecutivo, elegido democráticamente, traicione al conjunto de los españoles pactando con separatistas y prometiendo "cosas" a los terroristas. Culpemos al culpable.

Miguel Ángel Malavia Martínez

Anónimo dijo...

España es una nación que se forjó en la alianza unitaria voluntarias de los 3 reinos hispánicos: Castilla,la Corona de Aragón y sus posesiones y el reino de Navarra.
Luego España podemos decir que es un estado plural en todos los sentidos que nos une y nos debe de unir y nunca separar el afán de superarnos día a día, unidos en la solidaridad entre nosotros, respetarnos en la diversidad de pueblos, lenguas y costumbres que pueblan nuestra piel de toro. Ser vasco, catalán, gallego o extremeño no es un motivo de separación si no un argumento mas de unión. Un vasco se expresará en euskera, un catalán en catalá y un vallisoletano en castellano. Todos tienen algo en común.Incluso los inmigrantes vengan como y de donde vengan tienen tambien muchas cosas en común. Somos seres humanos. No existe ni rhs, ni razas superiores, ni represores de nadie,nadie es mas que nadie.
Los nacionalismos por desgracia como decía Einstein son el sarampión de la humanidad y son el cancer de nuestra España. Vengan de donde vengan o lo que sean. Son absurdos. Burros nacionalistas catalanes y toros los españoles.
Y yo grito: ¡VIVA EL INTERNACIONALISMO!
¡ABAJO LOS NACIONALISMOS!Son egoistas egocéntricos, absurdos y fascistas.

El rey según la constitución de 1978 se define como "rey de todos los españoles", sea pues este el primero en mostrarse como tal.
También define esta constitución al estado como una monarquía constitucional, el rey reina pero no gobierna.

Juan Carlos no es un rey débil, sabe muy bien lo que hace, sigámosle dando un voto de confianza y si no como sabemos donde vive, finiquito y a la calle.
Que reine Carlos Hugo de Borbón y Parma.