11.12.06

El padre Mariana (III)

"Del porte exterior del rey, es decir, de la regla que debe guardar en comer y en vestir" (3ª Parte)

Continúa diciendo: “Así vemos hoy que los príncipes padecen de los nervios, llevan en sus propias carnes la más grave carga, pasan lo más del día entregados al sueño, consagran gran parte de la vida a los médicos y a los remedios, cosa que desgraciadamente no debemos atribuir a sus muchos trabajos ni a sus cuidados ni a sus desvelos, sino a su flojedad, al lujo y a los placeres”.

Al creciente desapego del soberano por los asuntos políticos se añadiría la aparición del privado o valido, que vendría a fomentar la holganza, distracción y despilfarro en la corte. De hecho, la figura, cada vez más influyente, del duque de Lerma contribuiría a aumentar los gastos provocados por los faraónicos entretenimientos organizados por él mismo. El rey Felipe gastaría su tiempo cazando y asistiendo a las fiestas, comedias, torneos, corridas de toros, juegos y mascaradas, aunque, eso sí, no descuidara nunca sus obligaciones religiosas (llegaría a rezar tres horas diarias).

En el episodio escogido, el padre Mariana sigue criticando, quizás con cierta exageración: “le proporcionan mujeres para que le afeminen; procuran luego que no le dé el sol ni el aire si es un poco fuerte, que no haya para él trabajos y molestia alguna, que permanezca encerrado entre las paredes de su palacio como una doncella tierna y delicada (…) embotando así sus tiernas facultades (…) Añádese a esto los perfumes, los suaves olores, las fragantes pomadas con que excitan sus sentidos, el brillo de las piedras preciosas, lo muelle de sus adornos y sus trajes”.

Un panorama, desde luego, desalentador para quien escribió estas líneas. Exigía a los españoles en general y a su rey en particular, austeridad e interés por sus altas responsabilidades, mencionado expresamente el ejercicio bélico. “¿Cómo se quiere que un cuerpo enfermo, inactivo, pueda emprender con calor una guerra ni dirigir, si conviene, sus ejércitos?”. Era esta idea una herencia del Medievo: el rey dirigía personalmente las campañas militares y acudía al frente de batalla como el 'primus inter pares' que era.

CONTINUARÁ EL PRÓXIMO LUNES

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