Hoy no me encuentro muy inspirado, pero es 13 de diciembre. El santo de mi hermana. La santa de mi hermana, Lucía, que lo es de ciegos, trabajadores del cristal, mártires, campesinos, vendedores y enfermos de disentería y hemorragias. Siciliana martirizada en las persecuciones del siglo IV, como nuestros queridos Justo y Pastor. Así pues, antes de que la noche nos obligue al retiro, acordémonos de poner el ojo en el cielo. Oración
Santa Lucía, que de la luz recibiste tu nombre, a Ti confiadamente acudo para que me alcances la luz celestial que me preserve del pecado y de las tinieblas del error.
También te imploro me conserves la luz de mis ojos, con una abundante gracia para usar de ellos según la voluntad de Dios.
Haz, Santa Lucía, que, después de haberos venerado y haber agradecido este ruego, pueda finalmente gozar en el Cielo de la luz eterna de Dios.
Así sea.
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